En la actualidad nos encontramos ante una crisis ambiental, social y económica que poco a poco va desgastando los cimientos de todo el planeta.

Esta situación puede verse en el modelo de gestión de residuos actual, el cual ha demostrado ser totalmente ineficiente en la mayoría de los países. Desarrollar metodologías de tratamiento de residuos adecuadas es un deber que en la actualidad presenta numerosas trabas; desde la venta de productos sobreplastificados, pasando por el uso de materiales no reciclables o la falta de información de la ciudadanía, entre otros, hacen que incluso los países más desarrollados cuenten con sistemas de gestión de residuos obsoletos cuya principal consecuencia es la contaminación y destrucción de nuestros espacios naturales.

Un ejemplo muy conocido en España es el uso de vertederos a cielo abierto como lugar de deposición de residuos, lugar donde estos llegan sin ningún tipo de tratamiento y donde permanecerán durante siglos, con el consecuente daño ambiental y de salud que esta práctica conlleva.

Más allá de buscar una solución lógica a este tratamiento, en la actualidad, tanto desde Europa como desde las administraciones españolas, se intenta promover la incineración de residuos como alternativa a la colmatación de los actuales vertederos, sin tener en cuenta las numerosas enfermedades que estas instalaciones provocan en las poblaciones cercanas, así como el despilfarro de recursos que ello conlleva.

Con el objetivo de evitar que en 2050 haya más plástico que peces en el mar así como poner fin a la explotación de recursos naturales, existen numerosas alternativas cuya efectividad ya ha sido demostrada. Apostar por modelos de recogida como el puerta a puerta, promover la implantación de sistemas de economía circular a gran escala, incentivar los procesos de ecodiseño así como educar de manera correcta a la población, son tan solo unos pocos ejemplos de todo lo que se puede hacer para darle la vuelta a esta situación tan insostenible.

En los últimos años, Alcalá de Henares ha tenido la oportunidad de cambiar de rumbo, pero su administración, lejos de promover este tipo de soluciones, ha seguido apostando e invirtiendo dinero en la implantación de instalaciones cuya misión es seguir promoviendo el sistema de “usar y tirar”, perdiendo así una oportunidad histórica de ser un referente nacional de un cambio que todos los alcalínos y alcalaínas llevan años demandando.